sábado, 18 de abril de 2015

¿Cuántos puestos de trabajo crea realmente el Fracking?


Ésa es la pieza clave del argumento de la industria del petróleo y el gas para permitir la controvertida práctica de la perforación. Y se ha convertido en la mejor baza de la industria cuando ruge el debate -entre actores políticos y científicos- sobre si el fracking es seguro para las personas y el medio ambiente que las rodea.
 

Conseguir una contabilidad precisa de cuántas personas reciben cheques de pago a resultas del fracking, sin embargo, es más un arte que una ciencia, y en muchos casos -sobre todo cuando llega el momento de promocionar la práctica para los partidarios de la industria y los políticos- una mirada cercana a los números muestra que algunas de las mayores estimaciones se basan en los supuestos económicos más generosos.

Tome ud. Pennsylvania, un estado en el centro del boom [= auge] del fracking. Se asienta sobre las pizarras de Marcellus, la mayor formación rocosa de su tipo en los EE.UU., que ha visto un incremento en la producción de gas de esquisto. La producción de gas natural en Pennsylvania aumentó en un 72 por ciento de 2011 a 2012, el mayor salto de todos los principales estados productores de gas.

Los partidarios del fracking dicen que la explosión de la producción ha generado un aumento comparable en los empleos de petróleo y gas. El gobernador de Pensilvania, Tom Corbett, un republicano que espera al ganador de unas primarias demócratas concurridas en lo que se proyecta sea una carrera muy disputada a gobernador, ha trabajado para llevar a cabo políticas pro-fracking y su campaña está diciendo a los residentes de Pennsylvania que esas políticas han producido resultados.

La campaña de Corbett proclama en un anuncio de televisión que la industria de gas natural de esquisto de Marcellus está sosteniendo más de 200.000 puestos de trabajo. Pero de acuerdo con el Departamento de Trabajo e Industria de Pennsylvania, poco más de 30.000 personas estaban siendo empleadas por la industria directamente en relación con el boom del fracking en el tercer trimestre del año pasado [2013].

Entonces, ¿qué explica la brecha de 170.000 empleos entre la campaña de Corbett y el cálculo de la agencia estatal?
La cifra de 30.000 es la estimación por parte del estado de los empleos que se encuentran en estrecha conexión con la producción de gas natural de esquisto en Marcellus, un recuento que incluye el empleo en ámbitos como la extracción de gas natural, la perforación de pozos y el transporte por gasoducto.

El estado ofrece también otro indicador más amplio de puestos de trabajo relacionados con el esquisto. En lugar de contar los empleos en las industrias básicas de esquisto de Marcellus, calcula el empleo en la cadena de suministro de gas natural más grande. El total para esta categoría llega a los 214.946 puestos de trabajo en el tercer trimestre del año pasado.

Esa es la cifra en la que Corbett se basa para su anuncio, confirmó su campaña.

Pero nunca se pretendió establecer el número sin salvedades. Abarca industrias cuya conexión con el desarrollo del petróleo y el gas es tenue en el mejor de los casos, y que van desde camiones de carga hasta la construcción de carreteras, calles y puentes. Y los funcionarios del organismo admiten abiertamente que la cifra -cuando se utiliza para calcular los empleos basados en el esquisto- equivale a poco más que una conjetura.

"No tenemos absolutamente ninguna idea de cuántos puestos de trabajo en esta segunda categoría se deben a la producción de gas natural", dijo Tim McElhinny, un director de investigación económica en el Centro para la información y el análisis de la mano de obra del Departamento de Trabajo e Industria del estado.

Nada de esto quiere decir que el fracking no haya creado puestos de trabajo. En 2002, la industria del petróleo y el gas empleó a unas 6.500 personas en Pennsylvania, según el BLS (la Oficina Federal de Estadísticas Laborales). Para 2012 -el último año del que el BLS tenía datos disponibles- ese número se ha disparado a más de 30.000, un aumento de alrededor del 360 por ciento. Durante ese período, el estado registró un aumento de sólo el 1,3 por ciento en el empleo total*.

[* NOTA del traductor: eso significa, aunque el cómputo global aumentara, que se perdieron también en paralelo muchos otros empleos; ¿cuál es la causa de esa destrucción en la ocupación?: ¿el desarrollo del fracking quizá, parcialmente al menos en algunos casos? Sería una hipótesis razonable a considerar, aunque el artículo no lo explique]

El boom energético ha "inyectado" el fracking -y los empleos de la energía en general- en la carrera para gobernador, pero su papel en la discusión política hace pequeño el impacto real del sector en la economía del estado: en 2012, los empleos en las industrias básicas vinculadas a la producción de gas natural constituyen menos del 1 por ciento del total de 5,5 millones de puestos de trabajo de Pennsylvania.

"Es una gota en el océano", dijo Tim Kelsey, un profesor de la Universidad Estatal de Pennsylvania y cofundador del Centro para el Desarrollo Económico y Comunitario. "En relación con el empleo en todo el estado éste es un muy reducido número de puestos de trabajo".

El boom del esquisto de Pennsylvania fue suficiente para aliviar, pero no borrar, el dolor del estado durante la recesión. El BLS informa que el estado arroja un saldo neto de 74.133 puestos de trabajo entre 2007 y 2012, mientras que la industria del petróleo y el gas sumó aproximadamente 21.000.

Y la capacidad del fracking para estimular el empleo podría estar disminuyendo.

La industria sigue sumando puestos de trabajo, pero el ritmo se ha ralentizado. Después de registrar sus mayores aumentos de empleo en una década entre 2010-2011 -un intervalo en que la industria sumó aproximadamente 8.800 puestos de trabajo- la tasa de crecimiento del empleo disminuyó significativamente al año siguiente (la industria sumó poco más de 5.000 puestos de trabajo entre 2011 y 2012).

Las fuerzas del mercado sugieren que este declive puede ser más que un problema pasajero: el gas natural ha caído víctima de su propio éxito. El fracking ha expandido espectacularmente el suministro de gas natural, y cuando los clientes pagan menos por el producto, los perforadores han empezado a dirigirse a fuentes de energía como el petróleo, cuyos precios son más altos y más estables.

Son buenas noticias para estados como Ohio y Dakota del Norte que se asientan sobre campos del líquido combustible fósil, pero malas noticias para Pennsylvania. Es también un recordatorio de que el boom de la energía no va a durar para siempre.


Traducción del artículo "How Many Jobs Does Fracking Really Create?"
publicado en The National Journal en abril de 2014 y traducido por Juan Carlos Gracia