miércoles, 4 de marzo de 2015

El senado francés rechaza las prospecciones de gas de esquisto

La cámara alta del Congreso francés bloqueó el 18 de febrero una moción del UMP que podía haber derogado una ley contra el fracking votada por su propio partido bajo el mandato de Nicolas Sarkozy. ¿Se trata de una estrategia para cambiar las reglas del juego a dos años de las elecciones presidenciales?  
30 senadores del partido que lidera la cámara (el UMP) presentaron una enmienda a la ley energética con el fin de «comprobar los hidrocarburos no convencionales disponibles en Francia». 
Dicho de otra forma, de haberse aprobado, la ley habría permitido prospecciones subterráneas para identificar los recursos de gas de esquisto.

Philippe Leroy, senador por el departamento de Moselle (una región del noreste de Francia con un pasado industrial glorioso), que inició este procedimiento legislativo lamenta profundamente la decisión que ha tomado la cámara.
Las ideologías han vencido a la ciencia. «Hay una postura conformista tras el hecho de excluir gas no convencional de la investigación científica, como pasa con la investigación en OMG y células madre. Se trata de un nuevo galicismo que pretende privar a la gente del conocimiento y el progreso de la ciencia en el mundo contemporáneo.»
Philippe, que es ingeniero, critica el razonamiento que liga las prospecciones de gas de esquisto con el fracking. «Es un pensamiento retrógado», añade.  


Investigar y explorar, pero nada de fracking por ahora
Para poder confiar en los datos y evitar la falta de transparencia por parte de las empresas petroleras y del gas y los laboratorios privados, cualquier operación de prospección de gas de esquisto debe ser bien definida por la ley.
«Se podrían cerrar perfectamente acuerdos y programas de detección que no supongan de facto conceder el derecho a explotar los recursos», explica Philippe Leroy.
El senador sugiere prolongar el periodo de las investigaciones para que el Estado francés pueda asumir el coste.
Hasta ahora, el UMP no ha querido apostar por el gas de esquisto por la amenaza que supone el fracking para el medioambiente. «Debemos iniciar un programa de investigación para estudiar cómo se puede extraer y explotar el gas de esquisto de la forma más segura y barata posible. Podría tratarse de un programa de las Naciones Unidas que perfile las conclusiones del uso del fracking en todo el mundo de forma documentada. Se podría analizar las causas y la frecuencia de los accidentes que han ocurrido en Estados Unidos y Canadá.»


Sarkozy no lo tiene claro con el fracking
Este último intento por explorar los recursos de gas de esquisto muestra el cambio de rumbo de Nicolás Sarkozy. Y es que Sarkozy, predecesor del presidente François Hollande, ha vuelto al terreno político.
El recién elegido presidente del UMP habló sobre esta cuestión en una reunión pública el pasado mes de septiembre: «No puedo tolerar que Estados Unidos sea energéticamente indepediente gracias al gas de esquisto cuando en Francia, que tiene zonas desvastadas por el desempleo, no podemos beneficiarnos de esta nueva fuente de energía. Es inaceptable», dijo Sarkozy.
Sin embargo, cuando era presidente, Nicolas Sarkozy apoyó un proyecto de ley presentado por un miembro de su propio partido para prohibir el fracking y la extracción de gas de esquisto.
Posteriormente, el Consejo Constitucional, institución que tiene potestad de derogar leyes como el Tribunal Constitucional en España, defendió la ley en 2013.
Mientras, Sarkozy denegó tres licencias de investigación para realizar prospecciones al sur de Francia, para tranquilidad de los grupos ecologistas: «No voy a permitir que se realicen extracciones de gas de esquisto mediante fracking. Me consta que TOTAL ha recurrido la decisión, pero no vamos a retractarnos». 
Algunos representantes del ala más moderada del partido se muestran en desacuerdo con este cambio de discurso de Sarkozy, como Nathalie Kosciusko Morizet, vicepresidenta del UMP y antigua Ministra de Medioambiente.

Un viraje que puede deberse a la intención de Sarkozy de llegar a los votantes de clase trabajadora, que parecen más atraídos por el partido de extrema derecha Frente Nacional.
Una encuesta publicada por el instituto CSA en octubre del pasado año mostró que el 44 % de los encuestados apoya las prospecciones de gas de esquisto si se realizan en la mayoría de los países de Europa. El apoyo alcanza el 59 % entre los votantes de derechas. Sorprendentemente, sólo el 36 % de los jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y los 24 y el 39 % de los trabajadores se mostraron contrarios, frente al 58 % de los empresarios. Precisamente dos colectivos que suelen votar al Frente Nacional.  


Por partidos políticos:
Frente Nacional (extrema derecha): La posición del Frente Nacional con respecto a la promoción del gas de esquisto no es clara y ha fluctuado desde 2012. Marine Le Pen podría adherirse a la enmienda que fracasó en el Senado. «Por supuesto que estamos a favor de poder explorar nuestros potenciales recursos, pero no de la explotación del gas de esquisto.» La líder del Frente Nacional se oponía firmemente a la promoción del gas de esquisto durante la campaña electoral por las presidenciales de 2012, pero unos meses más tarde expresó que «rechazar la investigación es un planteamiento de la Edad de piedra.»
UDI (centro derecha): Aliado político del UMP, este partido apoya la investigación en materia de gas de esquisto pero no quiere ir más allá, según ha expresado su recién elegido líder, Jean-Christophe Lagarde. «Condenamos la fractura hidráulica porque perjudica al medioambiente, pero esto no significa que no debamos buscar otras técnicas para proteger nuestras tierras.»
Partido Socialista (centro izquierda): La mayoría de los socialistas apoya las políticas del gobierno en materia de gas de esquisto. Ni prospecciones ni explotación durante el mandato de François Hollande. El debate se cerró cuando el Ministro de Economía, Arnaud Montebourg, fue echado de su cargo. En febrero de 2014, Montebourg dijo que no se oponía a las prospecciones de gas de esquisto. «La contaminación es la protagonista del debate sobre el fracking. Si solucionáramos el problema, podríamos reabrir el debate.» A dos años de las próximas elecciones presidenciales, François Hollande no quiere soltar prenda sobre el gas de esquisto para no dividir la opinión de su partido y la de sus aliados (especialmente los Verdes).
Europa Ecología Los Verdes: Los Verdes es el partido que más se opone al fracking y el que menos dispuesto está a explorar y explotar los potenciales recursos de gas de esquisto. El partido apoya las manifestaciones en contra del fracking por todo el país. Emmanuelle Cosse, líder de los Verdes, ha condenado duramente cualquier debate sobre el gas de esquisto. «Ya está bien de gas de esquisto. Ya se ha hablado lo suficiente». 
Frente de Izquierda (extrema izquierda): Este partido también se posiciona contra el fracking. Esta es la declaración que realizó el pasado septiembre François Delapierre, líder del Frente de Izquierda: «El gas de esquisto es un combustible fósil con una alta tasa de emisiones de gases de efecto invernadero, lo que contribuye a empeorar el cambio climático, independientemente de la técnica que se use».
Autor del orginial (en inglés): Kevin Bonnaud "French Senate Rejects Shale Gas Explorations" publicado el 3 de marzo de 2015 en NaturalGas Europe