30 senadores del partido que lidera la cámara (el UMP) presentaron una enmienda a la ley energética con el fin de «comprobar los hidrocarburos no convencionales disponibles en Francia».
Dicho
de otra forma, de haberse aprobado, la ley habría permitido
prospecciones subterráneas para identificar los recursos de gas de
esquisto.
Las
ideologías han vencido a la ciencia. «Hay
una postura conformista tras el hecho de excluir gas no convencional
de la investigación científica, como pasa con la investigación en
OMG y células madre. Se
trata de un nuevo galicismo
que pretende privar a la gente del conocimiento y el progreso de la
ciencia en el mundo contemporáneo.»
Philippe,
que es ingeniero, critica el razonamiento que liga las prospecciones
de gas de esquisto con el fracking. «Es un pensamiento
retrógado», añade.
Investigar
y explorar, pero nada de fracking por ahora
Para
poder confiar en los datos y evitar la falta de transparencia por
parte de las empresas petroleras y del gas y los laboratorios
privados, cualquier operación de prospección de gas de esquisto
debe ser bien definida por la ley.
«Se
podrían cerrar perfectamente acuerdos y programas de detección que
no supongan de facto conceder el derecho a explotar los recursos»,
explica Philippe Leroy.
El
senador sugiere prolongar el periodo de las investigaciones para que
el Estado francés pueda asumir el coste.
Hasta
ahora, el UMP no ha querido apostar por el gas de esquisto por la
amenaza que supone el fracking para el medioambiente. «Debemos
iniciar un programa de investigación para estudiar cómo se puede
extraer y explotar el gas de esquisto de la forma más segura y
barata posible. Podría tratarse de un programa de las Naciones
Unidas que perfile las conclusiones del uso del fracking en todo el
mundo de forma documentada. Se podría analizar las causas y la
frecuencia de los accidentes que han ocurrido en Estados Unidos y
Canadá.»
Sarkozy
no lo tiene claro con el fracking
Este
último intento por explorar los recursos de gas de esquisto muestra
el cambio de rumbo de Nicolás Sarkozy. Y es que Sarkozy, predecesor
del presidente François Hollande, ha vuelto al terreno político.
El
recién elegido presidente del UMP habló sobre esta cuestión en una
reunión pública el pasado mes de septiembre: «No puedo tolerar que
Estados Unidos sea energéticamente indepediente gracias al gas de
esquisto cuando en Francia, que tiene zonas desvastadas por el
desempleo, no podemos beneficiarnos de esta nueva fuente de energía.
Es inaceptable», dijo Sarkozy.
Sin
embargo, cuando era presidente, Nicolas Sarkozy apoyó un proyecto de
ley presentado por un miembro de su propio partido para prohibir el
fracking y la extracción de gas de esquisto.
Posteriormente,
el Consejo
Constitucional, institución que tiene potestad de derogar leyes
como el Tribunal Constitucional en España, defendió la ley en 2013.
Mientras,
Sarkozy denegó tres licencias de investigación para realizar
prospecciones al sur de Francia, para tranquilidad de los grupos
ecologistas: «No voy a permitir que se realicen extracciones
de gas de esquisto mediante fracking. Me consta que TOTAL ha
recurrido la decisión, pero no vamos a retractarnos».
Algunos
representantes del ala más moderada del partido se muestran en
desacuerdo con este cambio de discurso de Sarkozy, como Nathalie
Kosciusko Morizet, vicepresidenta del UMP y antigua Ministra de
Medioambiente.
Un viraje que puede deberse a la intención de Sarkozy de llegar a los votantes de clase trabajadora, que parecen más atraídos por el partido de extrema derecha Frente Nacional.
Un viraje que puede deberse a la intención de Sarkozy de llegar a los votantes de clase trabajadora, que parecen más atraídos por el partido de extrema derecha Frente Nacional.
Una
encuesta publicada por el instituto CSA en octubre del pasado año
mostró que el 44 % de los encuestados apoya las prospecciones
de gas de esquisto si se realizan en la mayoría de los países de
Europa. El apoyo alcanza el 59 % entre los votantes de derechas.
Sorprendentemente, sólo el 36 % de los jóvenes con edades
comprendidas entre los 18 y los 24 y el 39 % de los trabajadores
se mostraron contrarios, frente al 58 % de los empresarios.
Precisamente dos colectivos que suelen votar al Frente Nacional.
Por
partidos políticos:
Frente
Nacional (extrema derecha): La posición del Frente Nacional con
respecto a la promoción del gas de esquisto no es clara y ha
fluctuado desde 2012. Marine Le Pen podría adherirse a la enmienda
que fracasó en el Senado. «Por supuesto que estamos a favor
de poder explorar nuestros potenciales recursos, pero no de la
explotación del gas de esquisto.» La líder del Frente
Nacional se oponía firmemente a la promoción del gas de esquisto
durante la campaña electoral por las presidenciales de 2012, pero
unos meses más tarde expresó que «rechazar la investigación es un
planteamiento de la Edad de piedra.»
UDI
(centro derecha): Aliado político del UMP, este partido apoya
la investigación en materia de gas de esquisto pero no quiere ir más
allá, según ha expresado su recién elegido líder, Jean-Christophe
Lagarde. «Condenamos la fractura hidráulica porque perjudica al
medioambiente, pero esto no significa que no debamos buscar otras
técnicas para proteger nuestras tierras.»
Partido
Socialista (centro izquierda): La
mayoría de los socialistas apoya las políticas del gobierno en
materia de gas de esquisto. Ni prospecciones ni explotación durante
el mandato de François Hollande. El debate se cerró cuando el
Ministro de Economía, Arnaud Montebourg, fue echado de su cargo. En
febrero de 2014, Montebourg dijo que no se oponía a las
prospecciones de gas de esquisto. «La contaminación es la
protagonista del debate
sobre el fracking.
Si
solucionáramos el problema, podríamos reabrir el debate.» A
dos años de las próximas elecciones presidenciales, François
Hollande no quiere soltar prenda sobre el gas de esquisto para no
dividir la opinión de su partido y la de sus aliados (especialmente
los Verdes).
Europa
Ecología Los Verdes: Los Verdes es el partido que más se opone
al fracking y el que menos dispuesto está a explorar y explotar los
potenciales recursos de gas de esquisto. El partido apoya las
manifestaciones en contra del fracking por todo el país. Emmanuelle
Cosse, líder de los Verdes, ha condenado duramente cualquier debate
sobre el gas de esquisto. «Ya está bien de gas de esquisto.
Ya se ha hablado lo suficiente».
Frente
de Izquierda (extrema izquierda): Este partido también se posiciona
contra el fracking. Esta es la declaración que realizó el pasado
septiembre François Delapierre, líder del Frente de Izquierda: «El
gas de esquisto es un combustible fósil con una alta tasa de
emisiones de gases de efecto invernadero, lo que contribuye a
empeorar el cambio climático, independientemente de la técnica que
se use».
Autor
del orginial (en inglés): Kevin Bonnaud "French
Senate Rejects Shale Gas Explorations" publicado el 3 de
marzo de 2015 en NaturalGas Europe