Luego de los anuncios hechos por Chevron durante los últimos meses, cuando decidió abandonar Lituania, Polonia y luego Ucrania, Rumania era la última barricada europea para Chevron. Ante el anuncio el viernes pasado por parte de la compañia americana de abandonar también el país de los Cárpatos, publicamos hoy en el blog el comentario de la activista antifracking de Rumanía, María Olteanu.
El
viernes, un representante de Chevron ha
declarado en Londres, comentando acerca de las últimas decisiones de
retirarse de los 3 países mencionados “Eso
deja a Rumania, donde estamos en proceso de ceder nuestra
participación en las concesiones”. El
vocero no explicó por qué Chevron estaba
renunciando a las concesiones en Rumania, lo que solo da lugar a
especulaciones. Los activistas rumanos saben que el anuncio parece
simplemente demasiado fácil para ser cierto, especialmente después
de las fuertes disputas en Pungesti y la férrea defensa que el
estado rumano se ha comprometido a ofrecer a las empresas de gas de
esquisto en Rumania, a pesar de la fuerte oposición de los
activistas.
Un
anuncio oficial de Chevron abandonando
Rumania aún no ha sido hecho y la situación de las cuatro licencias
que tiene en territorio rumano también permanece incierta. Como en
el caso de Polonia, cuando algunas empresas se retiraron del país,
otras han adquirido los derechos mineros de la compañía que se
marchaba.
En
Rumania, la lucha contra
el fracking sigue adelante, mientras
Chevron es la primera
empresa en anunciar que se retira del país. Otras
43 compañías aún tienen permisos válidos
– cuyo destino es desconocido, debido a
cláusulas abusivas de confidencialidad en los contratos con las
empresas.
Pero
hay numerosos lugares en Rumania donde las plataformas se están
instalando, algunas con actividades de quema de gas, algunas en
proceso de perforación, con un serio tema de contaminación en la
frontera entre Hungría y Serbia, en el municipio de Beba
Veche y municipios vecinos (donde
las autoridades declaran, sin nombrar estudios, que la causa es
natural). Y además, en los últimos años ha habido una fiebre
generalizada por pruebas sísmicas en el campo rumano, lo que solo
lleva a pensar que existe suficiente información para respaldar un
esfuerzo tan masivo en investigar el potencial de hidrocarburos.
Además, otros 38 nuevos perímetros
van a ser autorizados por la Agencia Nacional de
Recursos mineros– defendiendo la falta de
transparencia de las autoridades rumanas – que
ha convertido toda la información que manejaba la Agencia en secreto
profesional, por medio de un documento abusivo emitido por el
director de la Agencia.
La
decisión de Chevron ha dejado a los
activistas rumanos, que tienen en cuenta toda la información previa,
muy sorprendidos, ya que Chevron solo
perforó una plataforma en uno de sus 4 perímetros,
lo que definitivamente no es suficiente para
evaluar el potencial del gas de esquisto en Rumania.
De
hecho, para la lucha antifracking en
Rumania, la decisión de
Chevron deja a los activistas
sin un objetivo oficial, porque oficialmente, solo
Chevron estaba perforando para obtener gas de esquisto. Pero quienes
se oponen al fracking en Rumania
saben que la retirada de Chevron significa
literalmente solo una pequeña victoria,
pero indudablemente no significa ganar la guerra contra el fracking.
Ellos, de hecho, sospechan que detrás de la
decisión de Chevron, habrá más empresas,
no reportadas, perforando sin interferencias para identificar el
potencial de gas de esquisto, como OMV Petrom, Halliburton,
Hunt Oil, Panfora Oil, NIS Petrol, Romgaz etc., lejos
de un público que ha recibido una noticia que tanto quería escuchar
– Chevron se va de Rumania.
Con
una burocracia tan poco transparente en el manejo de las cuestiones
de la sociedad civil y con gran cantidad de actividades de
exploración sucediendo en el país, a pesar de la crisis del precio
del petróleo, los activistas rumanos se muestran bastante cautos
cuando evalúan las noticias acerca de que Chevron se
va de Rumania, sabiendo que queda mucho por hacer para evitar el
fracking en Rumania
y en Europa, y
también de los antecedentes de una Comisión de la UE muy amigable
con el fracking, con su Comisario de Cambio climático y Energía, el
español Cañete, que
viene de la industria del gas y el petróleo.