El
gas y el petróleo no convencionales constituyen ya importantes
fuentes de energía en los Estados Unidos, y otros países en todo el
mundo están investigando las posibilidades de explotar sus propias
reservas de estos recursos. Ahora, los nuevos métodos de perforación
horizontal permiten explotar grades extensiones de reservas de
petróleo y gas que anteriormente resultaban inviables desde el punto
de vista económico. Sobre la base del principio de precaución, ello
significa que es más importante que nunca evaluar las repercusiones
exactas de dichas explotaciones sobre el medio ambiente.
Las
repercusiones pueden producirse en todas las etapas del proceso de
explotación, desde la exploración inicial y la prueba sísmica,
hasta la perforación del pozo, la fracturación hidráulica y,
finalmente, la producción, el transporte y el almacenamiento del gas
y el petróleo. Para la realización de este estudio, los
investigadores examinaron una gran variedad de estudios científicos
sobre las repercusiones en la fauna y flora silvestres y los hábitats
en cada una de las etapas de explotación. Dividieron los principales
efectos en los ecosistemas en cinco categorías: pérdida y
fragmentación del hábitat, efectos en la cantidad y calidad del
agua, daños causados por el ser humano y contaminación acústica.
El
tamaño medio de la plataforma no convencional es entre 1,2 y 2,7
hectáreas, y, según las estimaciones, la construcción de
gasoductos, carreteras y demás infraestructura provoca una pérdida
adicional de hábitat de 2,9 a 3,6 hectáreas por plataforma. Como
demuestran los resultados de la investigación, en este caso, la
fragmentación planteará probablemente una amenaza incluso mayor que
la pérdida de hábitat: las carreteras, los gasoductos y las
plataformas limitan los movimientos de la fauna, contribuyen a la
propagación de las especies invasivas y afectan a las
características del hábitat, como el aislamiento, la humedad y la
temperatura.
Además
de tierra, la extracción de gas y petróleo no convencional requiere
grandes cantidades de agua. Por término medio, la fracturación
hidráulica necesita de 11 a 30 millones de litros por pozo, y varios
pozos en una única plataforma pueden ejercer una mayor presión
sobre el abastecimiento de agua, con posibles efectos graves sobre la
fauna acuática local.
Los
ecosistemas acuáticos próximos a las explotaciones no
convencionales también pueden encontrarse en situación de riesgo a
causa de la contaminación del agua. Las aguas residuales procedentes
de los pozos pueden contener varios contaminantes, como sales,
metales tóxicos, materiales radioactivos naturales, así como los
aditivos utilizados en el proceso de fracturación hidráulica. El
tratamiento de las aguas residuales debe ser capaz de eliminar esas
sustancias contaminantes. Varios estudios realizados en los Estados
Unidos han hallado niveles elevados de salinidad, cloro y elementos
radioactivos aguas abajo en algunas plantas de tratamiento de agua
asociadas a la explotación de gas y esquisto no convencional.
Deben
redoblarse los esfuerzos para reducir cualquier vertido, incluidos
los fluidos utilizados en la fracturación, el fluido de retorno
cuando el agua utilizada en la fracturación vuelve a la superficie,
las aguas “producidas” en la fase de producción del pozo y
residuos de la perforación (pequeñas partículas sólidas
transportadas a la superficie por las aguas residuales). Según los
autores del estudio, esos accidentes parecen ser muy raros pero,
debido a los acuerdos sobre confidencialidad suscritos entre los
propietarios de los terrenos y las empresas energéticas, podría ser
que, cuando se producen, no se informe siempre de los mismos.
Los
daños causados por la presencia de seres humanos y la contaminación
acústica también pueden tener efectos negativos sustanciales en la
fauna y flora silvestres. Por ejemplo, el tráfico que se desplaza
hacia y desde las explotaciones puede causar directamente la muerte
de los animales o modificar sus comportamientos. Según las
estimaciones, la explotación de un pozo horizontal requiere más de
3.300 desplazamientos de camiones solo en una dirección. Por
ejemplo, la contaminación acústica provocada por los compresores a
lo largo del recorrido de los gasoductos también puede reducir la
calidad del hábitat. Los resultados de las investigaciones han
demostrado que la presencia de estaciones de compresores puede
reducir la abundancia de cantos de pájaros y la reproducción.
Según
los autores del estudio, una de las cuestiones más importantes que
se plantea a raíz de este examen es la necesidad crucial de disponer
de datos de referencia (estudios de base) antes de que comience la explotación, dado
que dichos datos permitirán hacer un seguimiento de los cambios y
facilitarán una gestión adaptativa.
Traducción del artículo "Unconventional shale gas and oil: overview of ecological impacts" publicado en Environmental xprt el 18 de diciembre de 2014