miércoles, 26 de noviembre de 2014

La activista estadounidense antifracking Sandra Steingraber, encarcelada


sandrajailletter600Reproducimos el texto enviado por la científica y activista de Nueva York, Sandra Steingraber, cabeza visible del movimiento NYAF (New Yorkers Against Fracking), que fue condenada junto con otros activistas a 15 dias de prisión el pasado 21 de noviembre por bloquear la entrada a las instalaciones de almacenamiento de gas de la empresa texana Crestwood, para protestar por la amenaza que suponen al lago Seneca, en el estado de Nueva York. Su entrada en prisión se produce al negarse a pagar la fianza. Su caso es uno más en el que la lucha por el fracking simboliza al tiempo la crisis energética y la democrática.

Por qué estoy en prisión

El desayuno en la prisión del condado de Chemung se sirve a las 5 a.m. Esta mañanaviernes 21 de noviembre de 2014—fue leche con cereales más dos porciones del universalmente despreciado pastel del desayuno.” Junto con las bandejas de la comidaque se pasan entre los barrotesllega la ronda de medicamentos para las internas que los toman. Ahora viene mi parte favorita del día en prisión las dos horas tranquilas entre el desayuno y las 7 a.m. antes de que se encienda la televisión y nos ordenen hacer las camas y el día ruidoso comience. Entre el fin del desayuno y las 7 a.m., la mayoría de las mujeres vuelven a dormir. Ahora sólo puedo oír los sonidos de sus respiracionestodos ritmos diferentesy, del lado más lejano de la puerta de acerolas voces ocasionales de los guardias, y las órdenes que reciben en sus walkie-talkies.

Mientras, mi cama ya está hecha y he convertido mi pequeño canasto de la ropa para lavarcolocándolo al revésen una mesa para escribir. Y porque soy una escritora que está escribiendo, estoy feliz. 
 
También estoy feliz porque sé que al escribir cumplo la promesa que le hice a Ashley (no es su verdadero nombre) que me trajo anoche un lápiz con punta nueva y una pila de formularios médicos de las reclusas para usarlos para escribir. Luego de escuchar mi historiacontada a través de los barrotes de mi celda puesto que permanezco aislada hasta que se conozcan los resultados de mis pruebas de tuberculosis la próxima semana—Ashley dijo, “Sé sobre ustedes los manifestantes del lago Seneca. Leí en el periódico acerca del asunto. Pero sólo una vez. Tienen que seguir luchando. Tienen que escribir al periódico. Lo puedes hacer desde aquí, sabe. No puedes sólo quedarte sentada en tu celda durante 14 días sin hacer nada. Tienes que luchar.” Y luego ella se fue y me trajo los papeles.

Sentada en un banco fuera de mi celdaque está soldado a la fila de barrotes más lejana—Ashley me dió consejos gratis para el movimiento “Somos el lago Seneca”. “No renuncien. Sigan escribiendo a los diarios. Ellos siempre están buscando historias.” Ella agregó,Puede que sólo tenga 21 años, pero soy sabia en algunas cosas.”

Aquí está la historia de Ashley: Fue arrestada hace dos años a los 19—por robar una calabaza. Está ahora en prisión por violar la libertad provisional. Ella tiene tres hijosde 6, 4 y 2 añosque se están quedando con su madre adoptiva en el condado de Allegany hasta que ella salga de la cárcel. Ella saldrá el día siguiente a Navidad. Mientras tanto, está estudiando para su GED (examen de desarrollo de educación general) y planea ir a la universidad.

La mitad de las mujeres en mi pabellón están aquí por violar su libertad condicional. Una cosa en la que todas están de acuerdo: Es casi imposible ser una madre soltera que busca casa y trabajo, ambas actividades requieren moverse y las normas de la libertad condicional restringen la movilidad. Mejor cumplir la condena y después empezar de nuevo. 
 
Lo entiendo. Y es una lógica que corre paralela a la mía. He llegado a creer que una campaña exitosa de desobediencia civil como esta depende de la voluntad de al menos algunos de nosotros de aceptar gustosos pasar tiempo en prisión en lugar de otras condenas como por ejemplo pagar multas. 
 
Existen cuatro razones para esto. Primero, muestra que respetamos la ley. En mi caso, fui arrestada por ingresar sin permiso en la entrada de una empresa de energía en Texas que tiene la única intención de convertir las deterioradas minas de sal bajo las colinas en enormes depósitos de productos obtenidos a alta presión a partir de la fracturación hidráulica: metano, propano y butano. (La parte del plan que involucra el almacenamiento de metano ya ha sido aprobado por la Comisión federal de regulación de energía). Incluso antes de construir la infraestructura para almacenar este gas, Crestwood Midstream ha contaminado el lago con sal, a niveles que exceden los límites legales. La respuesta de Crestwood ha sido pagar una multa y seguir contaminando. Por el contrario yo me niego a pagar la multa para excusarme por mi crimen y por lo tanto acepté las consecuencias legales de mis acciones. 

Segundo, al prolongar nuestro testimonio de desobediencia civil a la cárcel demostramos la seriedad de la intención. Cuatro de los 17 manifestantes que han sido procesados como parte de la campaña “Somos el lago Seneca” han elegido la cárcel en lugar de multas: Dwain Wilder, un veterano de 75 años de la marina que fue encarcelado el día del veterano; Roland Micklem, un quákero de 86 años que ahora está preso en la cárcel del condado de Schuyler [Roland Micklem fue liberado ayer debido a problemas de salud]; Colleen Boland, 58 años, sargento retirado de la Fuerza aérea que trabajó en la Casa Blanca; y yo (Tengo 55 años, soy bióloga y escritora). 
 
Colleen ocupa la celda junto a la mía. Hablamos a través de la pared. Colleen, Roland y yo estamos tratando de descubrir qué nos servirán en la cena del Día de acción de gracias. 
 
Mediante nuestra separación voluntaria de nuestras familias, mediante nuestro sacrificio y aceptación del sufrimiento, mediante nuestra simple ausencia, estamos diciendo que nos oponemos rotundamente a que nuestra amada comunidad Finger Lakes se transforme en un centro de fracturación hidráulica. Nos oponemos a que una empresa con sede en Houston ocupe las márgenes del lago para construir una infraestructura para explotar combustibles fósiles en una época de emergencia climática y al hacerlo ponga en riesgo una fuente de agua para el consumo de 100,000 personas.

Tercero, al llenar las cárceles con madres, ancianos y veteranos, de manera pacífica provocamos una crisis que no puede ser ignorada por los medios y los líderes políticos. Por supuesto, la desobediencia civil siempre es un método de último recurso, usado cuando todos los demás se han agotado. Hemos dado vuelta todas las piedras. Hemos hecho comentarios, escrito cartas, ofrecido testimonios, presentado solicitudes de Libertad de información de documentos secretossólo para ver nuestras preocupaciones ignoradas. Nuestro encarcelamiento muestra que el sistema regulatorio está destruido. Hasta ahora, en la campaña del lago Seneca hubo 59 personas arrestadas y en la mayoría de los casos aún no ha habido sentencia. Habrá más de nosotros en la cárcel antes de fin de año. 
 
Y la cuarta razón es esta: pasar tiempo en prisión es un momento de transformación personal. Sola con un lápiz, algunos formularios como papel para escribir, la biblia y tus propios pensamientos, descubres que eres más valiente que lo que pensabas. Estás cumpliendo una condena y el tiempo te da la oportunidad de dedicarte al trabajo que es necesario hacer: desmantelar la industria de los combustibles fósiles en los últimos 20 años que nos quedan, antes de que la crisis climática se adentre en un escenario calamitoso y del que no haya vuelta atrás.
 
Anoche aprendí cómo crear una herramienta para cambiar los canales de televisión, que suena del otro lado de dos hileras de barrotes. Involucra envolver un periódico alrededor de un grupo de lápices y endurecerlo con pasta de dientes. 
 
Así las mujeres de la cárcel del condado de Chemung—todas madres—enfrentan las circunstancias de su vida y desafían el status quo. Esas son habilidades necesarias para todos nosotros. Como me dijo anoche Ashley regañándome, mientras me pasaba un lápiz afilado a través de los barrotes,No puedes quedarte ahí sentada durante 14 días. Comienza a luchar.”
Traducción del artículo "Sandra Steingraber: Why I am in Jail" publicado el 21 de noviembre de 2014 en Ecowatch

NOTA: La activista fue finalmente liberada a los 8 dias de su encarcelación. Más información en:
http://ecowatch.com/2014/11/26/steingraber-boland-released-jail/